El blog de los Aprendices del Urquiza

 El suspiro de las hojas. Era un día de otoño cuando sucedió, una tarde, mejor dicho, y todo en una pequeña zona de Canadá. Un joven de cabellos blancos, ojos grises y piel aperlada estaba sentado en el sofá de la sala de su casa, junto a su pareja, un chico de tez morena clara, pelo café con destellos morados y ojos miel. Ambos chicos se encontraban viendo una película de su género favorito, terror. Mientras que ellos miraban atentos la pantalla, las hojas de afuera volando gracias al viento, que decía cómo se aproximaba el invierno, cosa que a ambos jóvenes no les causaba molestia, porque lo frío les fascinaba, además de que, el de cabello blanco tendría una excusa perfecta para abrazar cuantas veces quisiera a su pareja, ya que en estaciones más cálidas no era tan posible. En una de las partes más intensas y fantásticas de aquella película, la luz se fue de la nada, causando un grito de susto por parte del moreno. -Ya cálmate, fue solo un corte de luz- le dijo el oji gris a su novio

  Eso es lo que eres sin dudar. Lo que todos en esa guerra fueron. No me ocurren otras palabras, Para describir sus rastreros comportamientos   Tanto ellos como sus allegadas, No fueron más que eso en mi vida. Solo estuvieron para destruir mi alma, Y luego irse solo porque no les servía.    En verdad es repugnante, Como siquiera te quise beneficiar. Cuando se notaba desde lejos, Tus intenciones sucias al pasar.   Pero más asqueroso es,  Como mi confianza plena te di. Aceptando que tu sangre, Tocará mis heridas manos.   Pero en el tiempo te rechace,  Y me demostraste tus colores.  Unos sucios y oscuros, Que me dejaron con temores   Luego de mi rechazo, Mostraste tu verdadera cara. Una maldita y sucia lagartija,  Que solo se dedicó a succionar mi alegría.   Fue tan fuerte el trauma, Que aún en noches te llego a recordar.  Profanado todas las tumbas, Que a tu lado me hiciste cavar.   Recordar a todos esos chicos, Que