Era un día de otoño cuando sucedió, una tarde, mejor dicho, y todo en una pequeña zona de Canadá. Un joven de cabellos blancos, ojos grises y piel aperlada estaba sentado en el sofá de la sala de su casa, junto a su pareja, un chico de tez morena clara, pelo café con destellos morados y ojos miel. Ambos chicos se encontraban viendo una película de su género favorito, terror. Mientras que ellos miraban atentos la pantalla, las hojas de afuera volando gracias al viento, que decía como se aproximaba el invierno, cosa que a ambos jóvenes no les causaba molestia, las cosas frías les fascinaban, además de que, el de cabello blanco tendría una excusa perfecta para abrazar cuantas veces quisiera a su pareja, cosa que en estaciones más cálidas no era tan posible. En una de las partes más intensas y fantásticas de aquella película, la luz se fue de la nada, causando un grito de susto por parte del moreno. -ya cálmate, fue solo un corte de luz- le dijo el oji gris a su novio, que se a...