Informe sobre adictos al vino


Fue durante 2016, en la casa de mi amiga Daniela, donde se sembró la semilla de mi interés por la gente que no puede vivir sin el vino, específicamente en la cocina. El sol del verano invadía el ambiente mientras compartíamos risas y confidencias. Sin embargo, un sonido familiar pero cautivador proveniente del comedor interrumpió nuestra conversación: el toque delicado de una botella de vino contra una copa.


Mis sentidos se agudizaron de repente, como si aquel sonido hubiera despertado algo dormido en lo más profundo de mi ser. Me acerqué para verla, la abuela de Daniela, llamada Anita, con su presencia tranquila pero elocuente, sostenía entre sus manos la botella, sus ojos perdidos en un horizonte invisible. Al ver el temblor en sus manos y la familiaridad con la que manejaba la botella, comprendí que el vino no era solo una bebida para ella, sino un refugio constante.


Anita no solo bebía una copa ocasional; su día parecía estructurarse alrededor del vino. Cada hora, sin falta, vertía más de ese líquido carmesí en su copa, como si fuera un ritual sagrado que no podía interrumpirse. Su rostro, marcado por el desgaste y las sombras de noches sin sueño, reflejaba la profunda dependencia que había desarrollado.


Observándola, comprendí que ese instante marcaba el inicio de una profunda investigación sobre el vínculo entre las personas y el vino. Anita se convirtió para mí en el rostro de una realidad compleja y difícil de comprender, una representación de la lucha interna y la dependencia que el alcohol puede generar. Su rutina diaria, marcada por las copas de vino, era un claro indicio de una adicción que dominaba su vida.


Desde entonces, dediqué mi tiempo y energía a comprender la complejidad del amor y la obsesión por el vino. Me sumergí en la investigación de las razones detrás de esta atracción, explorando los motivos que llevan a las personas a buscar refugio en el alcohol. Descubrí que el vino no es solo una bebida, sino un escape, un consuelo, una forma de enfrentar los demonios internos.


Vivian Uruña, 5to. 1ra. TM.

Profesora: Gabriela Cerrini.


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