Cortar lazos que aten las manos y no permitan movilizarse. Subir escaleras sin prisa, para no doblarse el pie. Hacer la posible para no romperse, mucho más cuando tienes el corazón así de frágil. Gritar y suplicar cuando se sienta algo desangrándose, así los médicos encuentran las heridas y las sanan. Al terminar la consulta, evita terminar contigo, no eres profesional. No dejar que alguien toque tus heridas, las puede contaminar y empeorarlas. Buscar pilares firmes para no caer; los amigos no, son muy inestables. Abrir las ventanas, sacar el humo; el humo enferma, no alegra. No abusar de las píldoras para aliviar el dolor. Descansar, tomarse el tiempo necesario; despertar al atardecer y admirar la luz del sol, dicen que es mejor que la del mediodía. Y lo más importante, al matar alguien, asegurarse de enterrarlo bien y no dejar cosas pendientes, porque no vaya a ser que se convierta en fantasma y empiece a atormentar al ejecutor, otra vez Verónica Rivero 4° 3° Turno mañana