Desayunos y meriendas literarias.

 En agosto de 2023 se llevaron a cabo desayunos y meriendas literarias en la biblioteca, con estudiantes de 1º y 2º año con la idea compartir alimentos y cuentos de misterio y terror. 


Además de leer o narrar historias, se les invitó a producir la propia a partir de una imagen (un espejo) y cinco elementos clave: 

  1. Una locación propicia para el miedo

  2. un personaje que cause temor

  3. un objeto macabro

  4. sonidos sugerentes 

  5. circunstancias naturales o sobrenaturales que colaboren a ambientar la historia. 


Estos son algunos de los resultados…



Sin título

Wendy Del Carpio Arce, Joaquín Vera La Camera, Sofía Ajzenmesser

1º4º TM


Prof. Tamara Domenech, Edición: Eric Winer


Se levanta de madrugada con una fuerte agitación. En su cabeza persisten imágenes de una pesadilla que no terminé de entender ni recordar. Debe ir al baño. Hacia allí se dirige, un poco tambaleante y con los restos del sueño en su memoria. Se lava la cara y cuando levanta la cabeza para observarse en el espejo se encuentra un rostro mutilado. Ella se asusta y quiere salir de allí pero, cuando al abrir la puerta del baño, en lugar del pasillo se encuentra con un bosque iluminado por una tenue luz de la luna. Extrañada, se interna en el bosque, pero al dar unos pasos escucha un ruido de una puerta cerrándose a sus espaldas. Se da vuelta y la puerta ya no está.

Camina por ese lugar con pequeños pasos. Entonces siente escuchar unos quejidos que parecen de animales. Al acercarse se encuentra un oso mutilado. Se aterra y sale corriendo sin saber dónde ir. Cada vez hay más y más quejidos. Asustada, empieza a lagrimear hasta que los ruidos paran. Frente a ella aparece una figura irreconocible que se va acercando lentamente acompañada de una espesa niebla. Aterrada, cierra los ojos y siente con sus manos una puerta detrás suyo. Sin pensar la abre, retrocede y nuevamente se encuentra en el baño. Aliviada, se acerca al espejo, pues siente gotas cayendo por su rostro. De repente, se escucha el sonido de una puerta cerrándose. Cuando se mira en el espejo reconoce esa imagen, es la misma que vio la primera vez. Era ella, había sido ella desde un principio, pero toda ensangrentada.

Se levanta de madrugada con una fuerte agitación. En su cabeza persisten imágenes de una pesadilla que no termina de entender ni recordar. Debe ir al baño. Hacia allí se dirige, un poco tambaleante y con los restos del sueño en su memoria. Se lava la cara, y cuando levanta la cabeza para observarse, el espejo le devuelve una imagen que no es la de su rostro…






Ojos grandes y mirada perseguida

Antonella Tevez, Morella Lazarte, Lucía Reccioppe

1º4º TM


Prof. Tamara Domenech. Edición: Eric Winer


Una chica logra independizarse de la casa de sus tíos y su primo donde las abusaban. 

Es su primera noche en aquella casa tan grande y la despierta una pesadilla. Todavía con sueño se dirige al baño. Se intenta mirar en el espejo, pero en vez de ver sus rizos rubios, su piel pálida y sus ojos un poco saltones observa a un hombre morocho de treintipico. Tiene una mira perseguida, y es demasiado alto para verlo entero en el espejo.

Paralizada, agarra su celular antiguo y lo arroja contra el espejo. De repente, se corta la luz y empieza a escuchar unos pasos lentos, una risa y una voz que le son tan familiares y que tantos años la atormentaron. Todavía shockeada, se mete en la bañera fría esperando que pase el miedo, pero cada vez es mayor. Se escuchan los pasos más rápidos y con más fuerza. Hay una voz que la llama desesperado, como si se estuviera volviendo loca. 

De repente se deja de escuchar todo aquello. Solo queda un silencio terrorífico que es interrumpido por un portazo. Asustada, sale corriendo del baño y busca el cuchillo más cercano que, aunque estuviera oxidado, le daría seguridad.

Sale de aquella casa y va directo al auto, siempre corriendo. Ve un hombre que se empieza a acercar, pero ella arranca el auto sin mirar atrás. Se aleja. Va hacia la estación de policía, donde intenta contar lo sucedido, pero no le creen. Se la llevan a un loquero al pensar que sufría esquizofrenia.

Fin.

El rito

Sebastián Zega

1º4ª TM


Prof. Tamara Domenech. Edición: Eric Winer


El escritor Julio Ramírez recibió una invitación a pasar una semana en el castillo San Francisco Egaña de la provincia de Buenos Aires. Lo recibió Raúl, el dueño de la casona, quien se confesó un admirador de su trabajo. 

Raúl le hizo un tour por el sitio. Durante la recorrida, a Julio algo le llamó la atención: una puerta con símbolos de ritos satánicos. Raúl le contó que esos símbolos eran antiguos, y los había hecho un anterior dueño y él prefería dejarlos por su valor histórico y testimonial. Julio estaba extrañado. 

Más tarde, el dueño lo llevó a la que sería su habitación. En la pieza Julio observó que las paredes tenían marcas de manos ensangrentadas. Sus sospechas sobre ese sitio aumentaron. Raúl le comentó que era parte de una supuesta pintura, cosa que lo confundió aún más al escritor. Al despedirse del viejo, Julio se decidió desempacar y con cuidado extrajo una máquina de escribir: tenía planeado redactar una nueva historia. Trabajó un par de horas pero, de golpe, se cortó la luz. Para alumbrarse encontró una vela. Como tenía curiosidad por la puerta con esos símbolos extraños, al acercarse se dio cuenta que la puerta estaba entreabierta y decidió entrar. 

En el interior de la habitación encontró una pintura con el retrato de Raúl, el dueño del lugar. Al mirar el pie del cuadro, encontró su nombre y la fecha de nacimiento y muerte: 1860-1927. Esto le dejó más preguntas que respuestas, pues no había dudas que era el rostro de quien lo había recibido, ¿había visto un fantasma? Al revisar más la habitación notó que era un sitio donde hacían rituales satánicos: restos de sangre, cuerpos de personas, animales sacrificados... de los nervios Julio se desmayó. Lo último que vio el joven escritor fue cómo un par de personas, vestidas de blanco, aparecían y le enterraban un cuchillo ceremonial. Lo último que llegó a escuchar fue: “Satán os damos una nueva víctima para ti”.


una nueva víctima para ti”.


Sin título*

Lucas Ugarte, Julián Cortéz

1º4ª TM


Prof. Tamara Domenech. Edición: Eric Winer


Una vez en el Estadio “Chiqui Tapia” se encontraban jugando Barracas Central y Platense (0-0). Cerca de allí hay un cementerio llamado AFA, donde descansan en paz los equipos de segunda división. De ahí salió el fantasma de la B que acechaba a Platense y Barracas entre otros equipos. 

El fantasma de la B perseguía a un jugador de Platense (Taborda) y a uno de Barracas Central (Fernando Prado) buscándolos en cada partido para hacerlos perder y lograr que desciendan.

Cuando estaban a punto de descender, apareció Chiqui Tapia dándoles un balón anti-fantasmas y un árbitro roba-partidos y figus del Mundial 2018 que los ayudaran a no irse a la B. 

Mucho tiempo después Barracas Central y Platense no descienden pero siguen sin hinchas, sin embargo logran evitar el descenso gracias a Chiqui Tapia, alias Chiqui Mafia.

Fin

*Basado en hechos reales



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