Escritores del Urquiza. Franco Trejo 3ro 1ra Turno Mañana

 “Otro día más”

Un día más se despierta cansado por la noche anterior, camina hasta el baño para volver a hacer la misma rutina de siempre, tiene que hacerla. Si no, no podría comer y no querría volver a vivir con hambre, la idea lo aterraba. Después de bañarse y de vestirse, Miguel sale de su apartamento para ir a trabajar, en la entrada se encuentra a la encargada. Ella dice que pasará  por las casas a cobrarles. Esa mujer no soporta que él sea de Venezuela. Más de una vez la escucho decir que todos los venezolanos deberían volverse a su país, que ocupaban los trabajos de la gente de su nacionalidad.

Aunque ya hacían 2 años que se migrado, todavía no podía creer toda la discriminación que había,  lo irritaba que le repitieran varias veces las mismas frases discriminatorias, Es cierto que no todos eran como la cobradora, había gente que los aceptaba como Nico, el vecino de al lado y su amigo.
Como cada mañana Miguel y Nico se encuentran en la puerta para los ir a trabajar. No les pagan mucho, pero es  lo suficiente para comer. Claro que  preferiría un sueldo mejor, pero en muy pocos lugares lo contrataban. Por eso, eligió el primero, el que le dio la oportunidad de sustentarse: cajero. El trabajo en sí no le resulta complicado, lo difícil era tratar con todas esas personas disgustadas cada día. Con los compañeros, no tenían problemas, A Miguel le agradan las personas que no tienen prejuicios. 

Durante mucho tiempo, su vida se volvió rutinaria, repetida. Pero un día algo sucedió, algo que le complicaría la vida. La situación económica en la Argentina era difícil. Una mañana, al llegar a su trabajo lo espera el encargado. Le dice lo que nunca hubiera querido escuchar: lo despedían. Ya no podrían pagar su sueldo.
El mundo se derrumba sobre la cabeza de Migue: un miedo infinito lo toma de rehén y siente que va a estallar.

Mientras camina por la calle, piensa en cómo seguir. La comida aumenta cada día, los impuestos, el alquiler de la pensión. Se siente desesperado, piensa en la salida de ese abismo. con la renta y como podría comer.

El sábado se junta con su amigo Nico y le comparte sus preocupaciones:

 -Perdí el trabajo
-En serio?
-Si, al parecer con la situación tenían que reducir el personal y como yo era el nuevo.
-Y claro, siempre atacan al principiante, y la renta y la comida?
-No se, voy a ir fijándome qué puedo encontrar, va a ser difícil porque ya sabés cómo está la situación con los venezolanos.
-Si, entiendo, se dejan llevar por prejuicios boludos. Calmate,ya vas a encontrar algo, si querés puedo buscar por vos.
-Bueno, si llegas a encontrar algo, avísame, yo voy a empezar a buscar el lunes.

El domingo es un día lleno de pesadumbre, los pensamientos lo agobian. Pero Miguel decide hacerle frente a la angustia. Se levanta de la cama y compra el diario, revisa los avisos para buscar empleo, pero no encuentra nada. 

 El lunes sale a buscar trabajos por Avellaneda, entrega currículums, espera unos días pero nadie lo llama, La desesperación lo invade. De pronto oye el teléfono pero no quiere ilusionarse:
-Hola?
-Hola, si, se encuentra el señor Miguel Carlos?
-Si, soy yo, de parte de quién?
-Le hablamos para decirle que leímos su currículum y queremos que trabaje para nosotros -dice la voz del otro lado del teléfono
Puede empezar el lunes, a las 7:00 abre el local, va a tener que atender a los clientes, es en la calle Peregrini al 2003.
-Bueno, nos vemos el lunes, adiós.

Un golpe de suerte pensó, ya casi acababa el mes y tenia que pagar el alquiler. Por suerte empezaría el lunes y aunque atrasada le podría pagar la renta a la malhumorada de la cobradora. 

La alarma del despertador suena.Es lunes y la ansiedad casi no lo ha dejado dormir. Miguel se levanta y se da un baño. Esperanzado va al nuevo trabajo. Al llegar saluda y una chica buena le explica todo. Se siente aliviado de que nadie sea hostil porque él es extranjero.

Los siguientes dos meses vuelan, Miguel vuelve a sentirse alegre, esperanzado. Siente haber superado la pesadilla. Se siente más fuerte. Aún lo angustia cada desprecio, cada frase discriminatoria de la gente, pero a pesar de eso, agradece. Sabe que hizo bien al decidir migrar. Sueña con el día en que pueda traer a su familia. Entonces todo habrá tenido sentido.


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