Javier Marini - de Martina Sobrino Reyne 1°3°

"Javier Marini", de Martina Sobrino Reyne

Todo empezó en las elecciones a presidente de 2035. Entre los candidatos estaban Horacio Careta y Javier Marini. En las redes había muchas burlas y memes de Marini, muchos tratándolo de loco o psicópata. Guiándose por lo que pasaban en la televisión y lo que circulaba en internet, Javier Marini no tenía chances de ganar.

   Llegó el día en el que hubo que ejercer la democracia, votar, y por alguna razón Javier Marini recibió la mayor cantidad de votos. Sí, Marini era el nuevo presidente del país.

   Claramente algo raro había. Todos idolatraban a Marini, y los que no, desaparecían después de comentarlo públicamente, ya sea en internet o en otro medio. Todos, excepto yo, Horacio Careta.

   Hasta que él finalmente ganó las elecciones. Comencé a tener el impulso de renunciar a la política, incluso querer suicidarme, estar enterrado, no existir. Pero me resistí a esos pensamientos, intenté ignorarlos.

   Recién hoy, dos meses después de las elecciones, me doy cuenta de que Marini era muy bueno para manipular el país. Así como lo hizo con miles de argentinos.

   Él quería ser el dueño del país, y para lograr su objetivo, hizo que miles de personas de diferentes lugares agarren una pala. Estas personas agarraron la pala para cavar su propia tumba y no salir de ahí, mientras que otros los ayudaban, tapándolos con tierra.

  Pero había algo que él no sabía: su poder de manipulación era temporal, tenía un límite. En tan solo una semana las calles se llenaron de zombies. 

Marini perdió la cabeza, y no fue nada difícil convencerlo para que él también, finalmente, agarre una pala...

Comentarios

  1. " Desde que él finalmente ganó las elecciones" está mal redactado, la versión original decía "Hasta que él finalmente ganó las elecciones"

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